domingo, 18 de enero de 2009

LA LEY DE LA PRESENCIA



VIVIENDO EL MOMENTO


El Tiempo es una paradoja, que viaja de un "pasado" a un "futuro" sin existencia alguna excepto en nuestras propias mentes.La idea del tiempo es un convenio del pensamiento y del lenguaje, un acuerdo social.Aquí va la Verdad más profunda: Sólo tenemos este momento.Sólo es posible vivir feliz para siempre un momento detrás de otro.Margaret BonnanoNuestro regreso fue más rápido que la escalada, pero estaba tan perdido en mis pensamientos que casi no me di ni cuenta. ¿Hacia dónde íbamos? ¿Qué es lo que vamos a hacer ahora? ¿Seré capaz de recordar todo lo que me está explicando? ¿Cuándo voy a llegar a casa? ¿La veré mañana?Como si en respuesta a mis pensamientos internos, ella dijo, "Pareces preocupado. Quizás ahora sea un buen momento para describirte la Ley de la Presencia. "Sí," reflejó, " ahora es siempre un buen momento." La santa señaló hacia las colinas de debajo, entonces preguntó, "¿Ves el sol iluminar aquel campo de calabazas – allá, contra el césped de esmeraldas? Para mí son tan bonitas como cualquier obra de arte de cualquier museo del mundo." Caminamos en silencio mientras los colores caían sobre un cielo enrojecido.Unos minutos después, mientras rodeábamos una pared de rocas familiares, su cabaña apareció. La santa abrió la puerta de paja y de nuevo me invitó a entrar. Rápidamente encendió el fuego. Entonces se levantó y se excusó para ir fuera – supuse que para hacer sus necesidades físicas como yo había hecho anteriormente.Los minutos pasaban y ella no volvía. Comencé a sentirme inquieto, preguntándome cuándo volvería a casa y cómo encontraría mi camino en la oscuridad – si, de hecho iba a volver a casa esa noche. Supuse que siempre podría dormir en las colinas; la temperatura era fresca pero no hacía frío y mi familia no volvería hasta el lunes por la tarde, en dos días.Lo que pasó después fue tan increíble que comencé a dudar de mis sentidos. En vez de la santa, una gata grande entró en la cabaña. Ella comenzó a andar deliberadamente, como si supiera exactamente a donde iba. Tenía una piel negra, brillante, parte siamés, quizás, y parte – bien, parte santa. Digo esto porque la siguiente cosa que supe fue que ella me habló – no con su boca, si no con su mente. Su voz era como la de la santa, pero más lenta. Se sentó alta, como hacen los gatos, me miró fijamente, y fue directamente al grano. "¿Has considerado alguna vez que el tiempo es una paradoja?" me preguntó antes de empezar a lamer la piel sobre su lomo.Sintiéndome muy extraño, contesté en alto, "No puedo decir que lo haya hecho. No desde que leí mi última novela de viajes por el tiempo."Su voz de nuevo resonó en mis oídos o mente: "El tiempo se comprende entre un pasado y un futuro que no tienen ninguna realidad objetiva. El Tiempo es una convención de pensamiento y lenguaje, un acuerdo social.""En otras palabras, ¿el tiempo sólo existe porque decimos que existe?""Exactamente," susurró. "El tiempo es como una película de la vida que consta de diferentes montajes que pasan ante una lente. Cada montaje es donde tú existes, en un momento actual, pero los montajes parecen moverse. Puedes proyectar tu mente en lo que llamamos el pasado o el futuro, pero no puedes vivir en ningún otro momento que en el presente. Yo y los de mi especie somos maestros del presente." Habiendo dicho esto se estiró grácilmente y atendió a su piel.Consideré lo que había dicho. Siempre me habían gustado los gatos, a pesar de su aire de superioridad fría. Y tan excéntrico como parecía aprender la Ley de la Presencia de una gata, también sentí que en ciero modo era totalmente apropiado. No había conocido ningún gato que le diera tanta importancia al pasado o al futuro. Como los santos más sabios, los gatos viven cada momento como si fuese todo nuevo.La gata me miró con total atención. "Yo, y los de mi especie, tenemos presencia porque estamos completamente presentes. Aquí y ahora. ¿Puedes tú decir lo mismo?""¿Yo? Bueno, sí. Yo – yo algunas veces me siento como si estuviera aquí. Eso es ..." Mientras me había estado intentando explicar, ella se había girado hacia otras cosa más importantes, como observar a una mariposa nocturna sobre la luz del fuego.Como si no hubiera dicho nada relevante, ella continuó. "Lo que has hecho esta mañana o ayer o el año pasado se ha desvanecido ahora, no existe excepto en tu mente. Lo que ha de venir es sólo un sueño. Sólo tenemos este momento, ¿lo ves?""¡Lo veo!" dije, no seguro del todo de lo que veía."Todavía no he acabado. ¿Te das cuenta que tus sensaciones sobre el pasado son sólo un rayo de impresiones y memorias ocurriendo en el presente? Los arrepentimiento del pasado son impresiones presentes ocurriendo ahora. Las ansiedades sobre el futuro no tienen ninguna realidad excepto en tu mente, en este momento, como imágenes, sonidos y sentimientos. En otras palabras, el pasado y el futuro están pasando ahora mientras tú los creas."En un intento de conseguir algo de dignidad, dije, "Sí, esta Ley de la Presencia parece bastante abstracta.""El tiempo es abstracto," replicó. " De todas formas, puedes practicar la Ley de la Presencia de diferentes formas para despejar arrepentimientos, preocupaciones, o confusión. Tu habilidad para volver a enfocar tu atención de nuevo en el presente va aumentando con la práctica. Algún día, quizás seas capaz de vivir en el presente como yo lo hago, con naturalidad."Demasiado, pensé. Esta gata tenía razón. Y claramente practicaba lo que predicaba. Entonces mi mente divagó por un momento, y miré hacia la puerta. ¿Dónde estaba la santa? Tendría que haber vuelto hacía ya un buen rato."¡Hollaaa!" oí a la gata, devolviéndome al presente. "¿Entiendes que la Ley del presencia puede cambia tu vida para siempre? Para siempre, por supuesto, siendo ahora mismo.""Ya conozco el valor de vivir en el presente," contesté, intentando salvar algo de dignidad personal."Saber y hacer no son necesariamente la misma cosa, especialmente en tu caso," dijo alegremente. "Cuando tienes un problema, implica algo pasado o futuro. Tú mantienes los problemas vivos en tu mente en el presente poniendo tu atención y energía, dejándolos vivir sin alquiler en tu cabeza. Yo, en cambio, no les doy mi tiempo. La vida es demasiado corta," dijo con finalidad."Bueno, bien, su excelencia, ¿ha acabado?""Ni mucho menos. No hasta que verdaderamente hayas entendido que el pasado y el futuro no son mas que un mal hábito de tu mente – de tu mente. Las preocupaciones sobre el pasado y el futuro son como las ilusiones de un hombre loco que oye voces o ve criaturas, que en realidad existen sólo en su imaginación."La ironía de oír esto de una gata no se me escapó."Pero," continuó, "cuando te vas dando cuenta de lo que haces contigo mismo más y más, puedes corregir este hábito como cualquier otro, recordando y aplicando la Ley de la Presencia." Paró de lamer su piel y me dio su completa atención. "Sinceramente espero que aprecies la Ley de la Presencia y el tiempo que me he pasado explicándotela." Sin esperar mi respuesta, ella continuó: "La presencia es como una máquina del tiempo que se enciende en la mente, liberándote de la ansiedad, y dando vía a una nueva forma de vivir. En otras palabras, te pareces más a mí.""Casi no puedo ni esperar," dije sonriendo."Como he dicho para poder tener presencia, has de estar presente y ser consciente de dónde estás y en qué momento estás. La presencia te enseña que lo que haces hoy es importante, porque estás intercambiando un día de tu vida a cambio. Por tanto, deja que esta ley deje tu mente clara de ruinas innecesarias y te devuelva a un estado de claridad, simplicidad y paz interior.""Como tú," me ofrecí."Y no olvides que no importa como de reales y convincentes sean tus pensamientos, siempre puedes llamar a las puertas de la Ley de la Presencia, recordándote a ti mismo que sólo ahora existe, que sólo el ahora es real. Si lo haces como un acto de reverencia, haciendo cada momento sagrado, vuelves a aquel lugar de paz interior del que realmente provienes y donde todo está bien.""¿Es así de sencillo volverse gata?""Podría representar un tramo considerable, en tu caso," dijo, arqueando su espalda, bostezando y caminando alrededor del fuego hacia la puerta. "Acoge con amor este momento, pon un pie delante del otro, y aguanta todo lo que está ante ti. Porque no importa por dónde divague tu mente, tu cuerpo siempre permanece aquí y ahora. Cuando sientas ansiedad, pon tu mente a descansar en el presente. Respira profundamente, y vuelve aquí y ahora." La gata se volvió a estirar lujosamente, y sin decir más palabras se fue por la puerta.Casi tan pronto como la gata se hubo ido, la santa reapareció y se sentó, sin dar ninguna explicación. "¿Por dónde iba?" dijo ella. "Ah, sí, estábamos discutiendo la Ley de la Presencia.""Creo que ya ha estado suficientemente cubierta" dije. Detecté algo, como diversión en sus ojos. "¿Y dónde has estado tú?" pregunté."Oh, fuera, disfrutando el aire de la noche – apoyada a la cabaña allá, detrás de ti.""Pero – espera un momento, ¿estabas tú ...?" Ni me molesté en acabar. Simplemente miré mientras la santa, con gran presencia, puso una pequeña olla suspendida en un palo verde sobre el fuego, y dejó caer dentro unas hojas de té. Me preguntaba si nos pasaríamos la noche hablando, pero entonces lo dejé ir y disfruté del momento – y del té, el cuál resultó ser magnífico.Dan Millman (INTELIGENCIA ESPIRITUAL)

No hay comentarios: